A los “Amigos del Museo”, a ellos, los que visitan asiduamente el museo, trayendo información, materiales, ideas o simplemente su visita para saber cómo anda todo por aquí, se les ocurrió esto de empezar a hacer algo juntos, en conjunto, arrimándonos, acercando las ganas y los deseos de recordar para los que vendrán. No se sabía bien cómo, pero ganas había de sobras y eso era lo fundamental. No era difícil lo que había que hacer, porque en realidad ya se estaba haciendo, aunque no se era consciente. Todos participaban desde un primer momento, solo faltaba el contacto, el verse las caras, el saber que había otros como ellos que hacía lo mismo, en el mismo lugar pero en distinto momento. Muy de vez en cuando dos o tres “amigos del museo” se encontraban aquí, eso los hacía imaginar que no eran los únicos, había otros que estaban trabajando, arrimando ideas, fotos, documentos, etc., a esto que nosotros nos encargamos de atesorar y difundir.
Por eso el trabajo fue simple, solo faltaba algo, juntarse, que nos veamos las caras y veamos cuántos éramos realmente, que no se estaba solo, que había otros que también creían en el poder de la memoria o que la memoria tiene que poder.
Así que ese día llegó, nos reunimos en nuestro lugar, el Museo Comunal de Alcorta, nos reconocimos, y nos propusimos seguir con el trabajo que veníamos haciendo, pero esta vez hacerlo en conjunto, canalizando las fuerzas, apuntando al mismo lugar. Con el deseo de sumar a más personas que nos ayuden a rememorar, a pensar, a trabajar, a participar. Con el anhelo de no borrar, de no olvidar, de no abdicar.
Así surgió “Alcorta en la memoria”, publicación periódica realizada por los “Amigos del Museo” para toda la población…
